Estaba sentada en el sofá cuando de repente oí el timbre de casa. Supuse que, como de costumbre, era alguien para venderme algo; me decidí a abrir la puerta. Era una chica que me pedía colaboración para ayudar a una ONG, pero me negué. Siempre he pensado que ese dinero nunca llega destinado a ninguno de esos "niños pobres".
Después de cerrar la puerta, me siento desconcertada. También cierro los ojos e imagino cómo sería mi vida sin comida, sin estudios, sin un techo...
Después de cerrar la puerta, me siento desconcertada. También cierro los ojos e imagino cómo sería mi vida sin comida, sin estudios, sin un techo...
(83 palabras)
No hay comentarios:
Publicar un comentario