Era una mañana de invierno, me encontraba en mi cama. Fría, por la larga lluvia de la noche anterior; llena de pétalos rojos, un manjar de mermeladas para el paladar. Las sabanas notaban la tormenta anterior, un amor enloquecido.
Te recordé. Como quien no tiene agua en un desierto.
Te recordé. Como quien no tiene agua en un desierto.
(49 palabras)
No hay comentarios:
Publicar un comentario